En KINGDOM PROJECT...
Dejamos fluir al Espíritu Santo en todo
momento y los hemos puesto por DIRECTOR del ministerio; sin embargo, buscamos que sea en
orden conforme la biblia lo establece, por lo que siempre que se profetiza debe de ser
en presencia de los pastores de la congregación o un anciano de la Iglesia previamente
autorizado por los pastores.
Los que creen que Dios les ha dado una profecía o un canto profético, puede entonces
acercarse a los pastores o al anciano previamente determinado para compartir primero con
él o ella lo que ha recibido. Si se discierne que la revelación es de provecho, pueden
dar lugar para que sea compartida, tomando en cuenta lo siguiente:
1. La persona debe estar en los principios bíblicos y bajo autoridad espiritual.
2. Los pastores o ancianos harán preguntas a quien recibió la palabra profética.
3. Si los pastores o ancianos disciernen que la profecía no es de Dios, que no es de
provecho o que simplemente no fluye bien con lo que Dios está haciendo en el culto,
entonces puede agradecer a la persona por haber venido a compartir y pedirle que regrese
a su asiento.
4. Los que insisten en compartir la palabra deben ser animados a escribirla en un papel
y después entregarla a los pastores.
5. Cuando se discierne que la profecía es de Dios y el tiempo es confirmado, se
comentará a los pastores para que autoricen que se pueda compartir la
palabra.
En Rara vez es una profecía tan urgente que no puede esperar un momento oportuno. Si
acaso no se presenta el momento, siempre se puede escribir la palabra y entregarla a
los Pastores de forma escrita.
1. La mayoría de las profecías del antiguo testamento fueron escritas primero, y luego
leídas al rey o en la puerta de la ciudad delante del pueblo.
2. No tiene que ser espontánea cada vez para ser efectiva.
3. En ocasiones hay momentos de oportunidad especial cuando hay una unción particular
del Espíritu santo, siendo desatada durante un culto. En estos casos, debemos actuar
cuando se está moviendo el Espíritu santo.
4. La congregación o el ministro invitado tiene que ser entrenada para saber cómo
acercarse al anciano o a los pastores.
5. Quien recibió la palabra no debe acercarse con una actitud negativa o de soberbia.
(“Dios me dijo esto, y ¿ahora qué vas a hacer con ello?”) Acércate con humildad y
respeto.
ANTES DE PASARSE AL FRENTE PARA MINISTRAR UNA PROFECIA,
CONSIDERE LO SIGUIENTE:
1. Juzgue la fuente de la revelación. No presuma que usted es tan santo que no pueda
equivocarse.
2. Pregúntese si la revelación está de acuerdo con principios Bíblicos. Dios no se
contradice.
3. Pregúntase si la relevación está alineada a los frutos del Espíritu Santo.
4. Pregúntese si la revelación sería de provecho y edificante. Si no, no es Dios.
5. Piense por un momento lo que sería el resultado posible si comparte la revelación
en público. Si el fruto potencial es negativo, no es de Dios. O tal vez, no es el
tiempo correcto de compartirlo.
IMPORTANTE: El hecho de que haya recibido una revelación no
implica que usted tiene autorización.
1. Considere que puede ser una palabra de confirmación personal sólo para usted mismo,
Tal vez es solo para que ore en privado.
2. Pida al Señor que le dé claridad con revelación al tiempo de compartir la
palabra, y cómo quiere ÉL que lo maneje.
3. Si la esencia de la profecía ya ha sido compartida de otra forma, no es necesario
volverlo a repetir.
4. No cambie el orden o el fluir de un servicio a menos que se le ha autorizado
previamente. De otro modo, podría causar confusión. Si no se combina con el fluir
actual, entonces guárdela para otra ocasión.
5. Si usted no puede tener paz hasta que la ha compartido, entonces escríbala, y
entréguela a los pastores.
● Entregando así profecías escritas a los ancianos, le ayudará al pastor saber
de cuál espíritu es usted.
● La confianza tiene que ser ganada.
LAS PROFECÍAS DE CORRECCIÓN.
Si usted continuamente piensa que está recibiendo revelación de los pecados de los
demás, usted está escuchando la voz equivocada.
Cuando Dios nos habla se enfoca en Su promesa, nuestro potencial y su propósito. Nos
levanta la cabeza y nos motiva a levantarnos, a subir nuestros niveles en Él.
Aún el propósito de Dios para la disciplina es positivo. Es para traer restauración y
reconciliación, nunca para humillar o avergonzar a nuestro hermano.
● Debemos examinar nuestras motivaciones.
● Debemos preguntarnos si estamos ministrando a causa de una ofensa o si es realmente
por el amor de Dios.
Algunos piensan que están operando en el discernimiento de espíritus, cuando la verdad
es que únicamente son llenos de sospecha, una actitud de crítica y de celos.
El dar una palabra “profética” de corrección es muy serio. Primero, hay que verificar
precisamente que es lo que tenemos.
¿Tenemos conocimiento natural o alguna evidencia? O ¿Puede ser que lo único que tenemos
es una posible revelación, percepción, una visión o un sueño?
Si usted tiene conocimiento natural o evidencia de pecado, entonces siga el patrón
Bíblico. Gálatas 6:1 “Vosotros que sois espirituales restauradle con espíritu de
mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea tú también seas tentado.” Y Mateo
18:15-17 “ Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él
solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno
o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a
ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”.
● Si lo único que tiene es una posible percepción espiritual, sería mejor sólo orar e
interceder por él en privado.
Permita que el Espíritu Santo le convenza.
● Debemos verificar cuál es nuestra posición y relación.